11/21/2013

Ser insaciable

Al hilo de la entrada anterior, mi amigo Antonio Díaz Hoyo, me dijo: “Para los budistas la raíz del sufrimiento es el apego. ¿Nos estaremos volviendo budistas o simplemente insaciables?” Y así vuelve a darme pié, como hacía hace años con su guitarra, para continuar.


Insaciables. Parece que tendemos mucho más a esta característica que a cualquier cualidad budista. Si el desapego esboza a la sociedad de nuestro tiempo y nuestro lugar, la insaciabilidad la perfila. Seguimos en la búsqueda de lo que nos hará realmente felices, verdaderamente sabios, plenamente en paz. Y sin embargo, cada vez más insatisfechos, cada vez más “Faustos”. Este anhelo no es sino otra causa de la gran variedad disponible de un mismo género. Género ilimitado y listo para ser explorado.

La metáfora de la música me sirvió para hilvanar mi exposición, pero mi reflexión va más allá de los seres inanimados. Y es que, hemos mercantilizados los sentimientos  y con ellos los seres humanos somos una mercancía más. Esto, junto con muchos otros factores importantes que también me gustaría apuntar próximamente, nos devuelve unos cuantos escalones hacia atrás como especie “superior”. Quizá Lucy hoy estaría decepcionada.

Dos personas se conocen, se enamoran, viven su historia de amor como si fuera única, pero por sorpresa, o más bien sin atisbo de ella, mientras tomas una ducha después de una simple discusión de pareja piensas que no estarías tan mal si lo dejaras, que si esa historia acaba no sería tan raro, ni siquiera sabes si ya eres feliz. En este punto, justo en este punto de la más extrema soledad del alma ¿qué es lo que ocurre?
Lo que yo me cuestiono no es porqué se llega a ese punto, por lo menos ahora no, sino porqué vemos tan  normal que se llegue a ese punto. ¿Por qué se acepta que las parejas terminen con tanta naturalidad?, ¿por qué se empieza a conocer a alguien pensando que después de él o ella habrá, con mucha probabilidad, otro él o ella?, ¿hemos pasado de la elección de la pareja racionalmente y soportarla consecuentemente a elegirla como moda y no poder soportarlo cuando destiñe? Puede ser, antes se elegían los zapatos que necesitaban para trabajar y tenían otro par para los domingos o días de paseo, y aunque dolieran los usaban, no había más. Hoy, podríamos cambiar de zapatos todos los días del mes sin repetir y además sin usar los que nos hacen daño. Extremos, malos todos.
Por supuesto tenemos que tener en cuenta que existen límites, no todos tienen las mismas posibilidades de sustituir: no todos tenemos el mismo poder adquisitivo, ni el mismo poder de atracción, ni la misma belleza, ni vivimos en los mismos países con iguales libertades, etc. En definitiva, no todos tenemos el mismo PODER. Pero como dice alguien a quien admiro muchísimo (y más), “todo el que tiene poder lo usa”.
Aunque visto a la inversa, lo que parece que sí podemos todos por igual es ser fácilmente sustituidos, en este caso un poder que es usado por el que no lo tiene, es decir, el que sustituye. Más poder para el poder.

Nunca me ha gustado el buffet libre. Puedes volverte loco, ¡hay tanto donde elegir! Corres el riesgo de llenar la bandeja y no comer absolutamente nada, no saborear nada, no deleitarte con nada. No solamente te vuelves a privar de otro placer más, sino que al final el buffet te come a ti. Yo tengo un truco: pienso en lo que quiero,elijo por primera vez, por ejemplo gambas, las busco, las encuentro. Hay de tres tipos, cocidas, en cóctel y al ajillo y vuelvo a elegir, vuelvo a pensar en lo que de verdad me apetece. ¡Ya lo tengo! Las quiero cocidas y con un rico albariño.

¡Bon Appetit!


Nota: para quien no conozca a Lucy  http://es.wikipedia.org/wiki/Lucy

4 comentarios:

  1. Es curioso... he leído tu segunda entrada antes de leer la primera, y mientras iba avanzando pensaba que efectivamente estamos inmersos en la moda del desapego, pero de un desapego materialista, egoísta, en el que decidimos olvidarnos de lo importante para centrarnos en lo absurdo, en lo que pronto será obsoleto. Posiblemente transmitimos esa obsolescencia también a nuestras relaciones personales... Y no te engañes, lo único se reemplaza con otra cosa única.

    Pero también pensaba que no hay que darle muchas vueltas, la crisis no es tan grande. Hace 50 años John Kennedy Toole te habría dicho que el mundo carece de "teología y geometría". El mundo ha sido así siempre. Y siempre ha habido quien se ha dado cuenta.

    El hombre ha sido egoísta y vicioso desde el comienzo de la historia, pero el hecho de que tu escribas hoy esto, y comentes tu desasosiego con tus amigos, indica que aún hay esperanza.

    En fin, me gusta tu blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Disculpa la tardanza, sobre todo por no ser agradecida a tiempo, así que, aunque tarde: gracias.

      No cabe duda de que el mundo es como es, pero también por ello existen idealistas. Sin llegar a describirme como tal, prefiero tener esa visión, al menos de momento, que la resignada, pues entraña, como bien dices, esperanza.

      Un saludo y espero que sigas aportándome ideas con tus comentarios. Es posible que de este salga alguna entrada.

      Eliminar
  2. La ambición está de moda

    ResponderEliminar

¿Quieres decirme algo? Adelante...